Historias Peregrinas

Edinburgh, August 2009

Peregrino que duerme
Me duermo para soñar acurrucado. Coqueteo con un amanecer de luces.
Sensaciones, colores y dolores y  muchas dudas. 
El descontento  abunda como abundan las ilusiones.

Hay  alegría,  bulla, tristeza,  lobreguez, y  esperanzas, abismos! Agua, mucha agua!

En estas latitudes el ser  pierde su camino,  queda solo en su asombro, queda solo de bondades.
La tibieza retorna a su maternidad.
La existencia no existe en los milenios de historia.

Solo el fuego lo trasciende todo!   

Peregrino filosófico
Diga!  qué  el deseo mata el instinto. Dígame! que el instinto: se traga  la perfidia y díganse que: defecándose en lagrimas están los conflictos: las batallas sangrientas con los dioses anónimos.
Hay  seiscientos treinta y tres  mil años encima de nuestros hombros.
Me saco el polvo acumulado. Me pongo una corbata. Me queda esta imagen soñolienta de un fantasma con la forma de un chicharrón.
Desde  los albores  de las galaxias,  la existencia clama  su credo en mí: admite sus triunfos para esconder sus derrotas.

Alma de peregrino
Alma inquieta me oprimes la garganta y me llenas de frio y de agua.  Un apretón de manos y  sigo durmiendo algo avergonzado:  
Embalsamado, sigo sin darme cuenta donde me encuentro: en el futuro? o en el pasado?    
Un ávido  custodio de   costumbres no se duerme, está siempre alerta. Aguarda la llegada del alba para confesarse.   
El peregrino por costumbre no necesita aviones, ni trenes, ni autos,  ni barcos, ni pasaportes, ni aduanas, ni  dinero para visitar su alma llorona.
Solo un deseo tiene: viajarte toda, por tus  montañas y tus  milenarias enredaderas. Laberintos perennes de admiración y sorpresa.
Oye!!  Túu!!,  Nómada cilíndrico!! 
Ríes de los aduaneros que miran con esmero  tu cara de mono.  Ja!! Ja!! Ja!! Son muy imbéciles. Son ciegos de rabia y secundarios ante tu verdadera presencia.

Peregrino inquieto
Basta de perplejidad.  Y es que, y  me doy cuenta que,  soy un viajero de mi mismo.  Un viajero mínimo y presuntuoso con alpargatas cocidas con alambre de púas.  
Un presuntuoso sin haber nunca subido una pizca de montaña  o cabalgado en un alga marina.
Ambiguas y discordantes son las emociones del ser cuando duerme. 

Lengua  de peregrino
Me persigue  el lenguaje, la gramática, la ironía, la metáfora.   Acaso es el contrario ? 
El buen decir de las palabras  brota  dentro los cuatro puntos cardinales del conocimiento, el sentimiento y  la memoria. Aquí existo. 
La paz y la  guerra son un bulto de conveniencia para vivir pensando en dos ruedas de bicicleta! Soy una bicicleta!

Mientras acurrucado me encuentro,  acumulando penurias está el  curioso lenguaje. Me saca la lengua y  se mofa de mí. No respondo a las infamias.  Soy un cobarde! Soy un cobarde!
Escribo como los intelectuales y nada soy.

Hablo, creo, como lo sapos. Croando el viento, para que oigan los manantiales: que la ironía me sobra para meterme dentro un calcetín, uno de esos que nunca ha conocido un zapato por dentro.  
Cántale a los corazones alegres y al perro blanco que aborrece al gato negro.

Peregrino inhibido.
Peregrino Inhibido: insúltame! Aborréceme,  ódiame si no me comporto como debiera en tu hora sublime. 
Con mis  alargados calzoncillos, metido en todas partes, te evoco porque me haces falta. Sin ti, creo ser aire. Soy el aire!
Viajo al fondo de mi propia voluntad y al corazón de los ausentes. Lo boletos de regreso no existen para los insulares.

Peregrino que idealiza
Sigo durmiendo, sigo soñando, sigo argumentando  acurrucado por la verdad que a mis ojos es: hielo. 
Las palabras me persiguen. Hacen su nido en la metamorfosis  de mi cuerpo.
Ayer viajaba en un avión lleno de nubes y tuve que darte alma mía  un sopetón  para que te callaras.

Peregrino con la cabeza arriba del hombro
Miré un espacio sin luz y allí, entre el miedo y la esperanza sazzz!!!,surgió  “el soliloquio del  individuo” de Nicanor Parra. Me hizo comprender tal cual  somos. Lo que pasa, dijo, es que tú al lenguaje le vas por el lado de la cola. Yo no comprendí su gesto de ayudarme. Pensaba que al  idioma se arribaba por el lado del conocimiento y las tradiciones. Equivocado estaba.  
Peregrino que no es muy chistoso.
No me entiendo mucho  de sarcasmos: Soy un insigne hijo de puta, pero  ese hijo de puta no soy yo!  Es otro el hijo de puta!

Peregrino bien poco agnóstico
Mucho más! Mucho más! Y todo para tener mucho menos.
No hay nacionalidad ni religión. Y en este sugerente detalle veo el futuro de lo que ha sucedido en esta, mi intimidad.   Sigo durmiendo, sigo soñando acurrucado.
Cada momento, cada esperanza se esfuma en cada mano, en cada dedo y eso que los  magos escasean.

Peregrino simbólico
La metáfora me mira con disgusto y yo también a ella.
Tengo mis nudos que deshacer  para seguir avanzando pero que importa si por ahí,  hay algunos y algunas que dicen que no se hacen la pipi por mi.
Estoy  cucu ! , Estás  cucu! .Yo por escribir esto y tu por leer lo que escribí.

La sexualidad del Peregrino                                                              
No sé nada de sexo ni de cuestiones raras! “Duermo, clavado a una tabla”.  Nada más que esto se me ocurre decir por el momento:  “Duermo, clavado a una tabla” y en lo referido al sexo?  sexo!!  Sexo!! Sexo!!,  sexo!!!

Cara del peregrino
Los comentarios no me sobran para subirme a una meza y desde su altura hacer una alusión objetiva de este peregrino insólito que tiene: la forma de un huevo,  barba de fuego, ojos de sal y de agua y zapatos de arcilla.

Peregrino a la moda
Sobria vestimenta en un mar transparente, lleno de buenas intenciones y muchos valses Vieneses. 

El Peregrino y la noche
Aquí cae el destino de su cuerpo.
Aquí se derrumba, sin algarabía,  la abundancia de mi cuerpo. Simplemente muerto por una pesadilla de mariposas dolientes, que con pechos azucarados se atreven a golpearlo, a golpearme en nuestra profunda oscuridad: un abismo irritante de ideas, remolinos y turbinas. 

El peregrino de día
Sus pensamientos miran el sol de las civilizaciones arcaicas. Se nutre de su filosófica mirada al pasado. Revolotea en su cabeza la palabra: acido. La confunde con : ha sido.  ¿Qué ha sido de mí?, ¿de ella?, ¿del hombre que lloraba en una cueva de la Patagonia cuatrocientos mil panes floridos atrás?

Peregrino no muy romántico
Nunca la mate por amor. Quiso siempre suicidarme por mi falta de temple. La soñé bajo mi almohada dorada. Me despreció, con todo sus desencantos,  mi falta de temple. La soñé bajo mi almohada dorada y la sigo soñando.

Peregrino existencial
Cuando en los setentas estuve de paso en los túneles de mi esencia me miraba al espejo atreviéndome a penas a saludarme. Que fatiga sentí entonces!  Ahora soy feliz! Y mis ojos brillan con cadenciosa y mesurada sutileza. En este preciso y parvulario momento descubro el  sufrimiento que siempre he causado  a los que desde siempre les he estado cerca.  Perdón, perdón  a todos!

 Italiana con peregrino
“Dunque”!!,  Disse con materna dolcezza la donna. “Te amo” dice el hombre con extrema delicadeza. Se abrazan, se besan.

Comentario infame  acerca de  este peregrinaje
No sé cómo y por qué  me puse a escribir Historias de Peregrinos.
Supongo que hay deseos que matan y  supongo que:
a esos deseos hay que responderle con ganas. Muchas ganas!

Tuve y no tuve la urgencia  de escribir  sobre el engaño de un peregrino que duerme. La razón, por si interesa,  está en el espíritu de ese individuo que lee y que tiene  un cuerpo  más o menos pequeño, una cabeza que cree que piensa para afuera y una  cara terriblemente estupenda.  
Por fin el FIN del fin y del delfín.